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Aquí pueden encontrar las preguntas más frecuentes que hacen los candidatos a padres adoptivos, así como, las respuestas de las personas que ya han adoptado niños de Bulgaria.
I. Cuáles son sus impresiones de las condiciones de vida en la Casa donde habían cuidado a su niño?
1. Ana, ciudad de Pazardzhik: Muy buenas condiciones de vida, teniendo en cuenta que, de todos modos, se trata de vida en una institución.
2. Las condiciones de vida en la institución, donde habían alojado a Romen – una pequeña construcción con alrededor de 40 niños, estaban normales.
3. Mi hijo vivía en la Casa situada en una pequeña aldea.
Las partes positivas eran las siguientes: los grupos de niños han sido formados en base a su edad y, lo más importante, los más pequeños no entraban en contacto con los más grandes. El grupo de los de 5-6 años estaba alojado en un edificio separado donde los niños disponían de sala de juegos y dormitorio. Comían en una habitación en el piso inferior, con pocos muebles, pero suficientes para satisfacer las necesidades de los niños de esta edad.
En la sala de juegos los niños disponían de juguetes, y los miembros del personal cuidaban al grupo enseñaban a los niños cantos, bailes y juegos.
Una única mujer cuidaba a 12 niños y todos los miembros del personal trabajaban en turnos de 12 horas. Por la falta de personal no permitían a los niños salir fuera de la Casa porque era difícil controlar a 12 niños simultáneamente. Además, la Casa estaba situada en una región agrícola, por lo que no se permitía a los niños salir fuera, en este ambiente tan animado.
Para ayudar a la estructuración de los grupos de niños y para darles posibilidad a estar algún tiempo en espacios más abiertos y diferentes, la directora enviaba a los niños de 6 años en la guardería en la aldea vecina.
4. Durante nuestro primer encuentro – los 5 días que hemos estado con nuestro niño, nos llamó la atención que todos los niños estaban muy activos. Parecían muy libres, podían pasear por todas partes, según sus deseos, salían al patio y regresaban a la Casa. Dos niños limpiaban con una aspiradora, bebían agua del grifo, venían a conversar con nosotros. Otros estaban muy traviesos, incluso agresivos con los demás, pero la atmósfera en general era verdaderamente alegre. Uno podía quedarse con la impresión que a los niños no los controlaban mucho. Tal vez, porque era la Pascua y había venido un grupo de marionetistas para presentarles una espectáculo teatral. La Casa estaba bien mantenida y limpia, pero nosotros no pudimos verla por dentro. Por fuera el edificio no tiene buen aspecto, pero en el patio había juguetes. Quedamos con la impresión que hay varias personas que se encargan de la limpieza y, por lo menos, dos educadoras, una psicóloga y un trabajador social que realizan el contacto con las familias búlgaras que han confiado a sus hijos a la institución para educarlos y cuidarlos durante algún tiempo.
Durante nuestra estancia un oftalmólogo vino para chequear a todos los niños. Cuando fuimos a recoger a nuestra hija, había un pequeño grupo de niños que se ocupaban de actividades manuales. Estaban muy concentrados y no hacían ruido. Con ellos estaba una de las educadoras.
5. Es una Casa muy bella, limpia, con jardín lleno de juguetes, donde los niños se ocupan de actividades musicales; las habitaciones son muy agradables y el personal presta cuidados abnegados a los niños.
6. Muy diferente de todo lo que, por lástima, hemos visto en los reportajes televisivos. La Casa nos llenó de tranquilidad porque estaba muy bien mantenida y todo estaba planificado y bien organizado - el trabajo, las reglas internas, las actividades, los cuidados de los niños (sociales, educativos y médicos), los proyectos que se realizaban, la atención que se llamaba a la alimentación, a la higiene y a la limpieza común, todo estaba organizado muy bien a favor de los niños y pensando en su futuro.
II. Cuáles son sus impresiones del personal en la Casa donde su niño estaba alojado?
1. Ana. El personal siempre está alrededor de los niños que están muy bien cuidados y estimulados con actividades psicomotoras. Se organizan diferentes ocupaciones.
Matías: El personal siempre está alrededor de los niños que están muy bien cuidados pero faltan actividades psicomotoras.
2. Las cuidadoras son sólo mujeres, muy atentas y amables con los niños.
3. Me llamaron la atención las habilidades profesionales y los cuidados a los niños por parte de la Directora. A nosotros nos acogieron bien y el personal facilitó el contacto con el niño.
4. El personal estaba educado y agradable, pero en realidad, nosotros no hemos tenido contacto directo con ellos, sólo intercambiamos algunas palabras y muchas sonrisas.
5. En la segunda Casa, dentro de 4 años, hemos encontrado personal competente y dedicado a los niños. No disponemos de información sobre la primera Casa.
6. De verdad hemos sido testigos de la gran responsabilidad de todo el personal – director, trabajador social, psicólogo, educadoras, y de sus altas cualidades profesionales que ellos dedicaban por completo al objetivo común – la adopción del niño de la mejor manera, en el tiempo más corto posible y respetando al niño.
III. Cuáles son sus impresiones de la estancia de cinco días durante los que se realiza el contacto con el niño preasignado para la adopción?
1. Ana y Matías: Para nosotros era muy importante pasar por lo menos cinco días junto con el niño. El contacto nos permitió darnos cuenta en qué estado está la misma institución en que vivía el niño y, además, cuál el estado real y el desarrollo del niño. En realidad, ésta era la institución en que se creó la relación “padres-hijo”.
2. El periodo de cinco días de contacto es muy importante. Así nosotros pudimos observar la conducta social de Romen en diferentes situaciones. En este periodo es importante determinar si el niño se siente bien con vosotros y vosotros mismos con él. Estos primeros días durante los que padres y niño están juntos permiten poner en prueba la simpatía e intimidad mutuas.
3. El contacto personal se ha realizado en condiciones maravillosas. Vivimos en la aldea, a unos 400 metros de la Casa. La directora comprendió nuestro deseo y el niño pasaba con nosotros 2 horas por la mañana y 3 por la tarde. Juntos paseábamos por la aldea en vez de vernos en la Casa y éstas eran unas condiciones de vida cotidiana casi normales. Así el contacto con el niño se realizaba de una manera mucho más natural.
4. El primer encuentro se realizó en el gabinete de la directora. En los días siguientes pudimos visitar al niño por la mañana y por la tarde, pero no podíamos entrar en las habitaciones de los niños y esperábamos en el vestíbulo donde había sofás y una mesita. A nosotros no nos permitieron salir con el niño ni en el patio. Este tipo de contacto es incompleto e ineficaz. Estaría mucho mejor poder ver al niño durante sus actividades; ver cómo vive en la Casa, observándolo desde lejos y sin molestar a los demás niños. No pudimos comprender cómo vive en realidad.
Lo verdaderamente difícil es dejar a tu niño para un periodo tan largo en el mismo lugar, antes de poder llevarlo consigo.
5. Nosotros tuvimos suerte y pudimos ir por la mañana y por la tarde, incluso salir a pasear, que es verdaderamente necesario, para crear relaciones porque cinco días son muy poco tiempo.
6. Todo ha sido perfecto! Y eso, gracias al intérprete de la Fundación que estaba a nuestra disposición durante todo el tiempo, y gracias a un representante de la Casa que nos acompañaba durante cada visita.
IV. Teníais problemas en la creación de las relaciones con el niño y cuáles son sus impresiones respecto al proceso de comunicación? Cómo les entendía el niño? Cuál era su conducta?
1. No tuvimos ningunas dificultades para crear esta relación ni con Ana, ni con Matías.
2. Por supuesto, en el inicio hay un poco de miedo, preocupaciones, pero la barrera lingüística es el obstáculo que se supera con más facilidad. Los niños hacen todo lo posible para que podamos comprenderlos – con gestos, mímicas, que nos permiten relacionarnos mutuamente de una manera relativamente fácil. Además, nos acompañaba un intérprete que facilitaba el contacto con el niño, incluso con sus consejos muy útiles.
3. El niño estaba preparado y sabía que íbamos a venir; quería conocer ya otro tipo de vida (no creemos que la palabra “adopción” significaba algo para él). El niño conocía sólo la Casa donde había sido alojado desde bebé, y en aquel momento ya tenía seis años. Aspiraba otras cosas y esto facilitó mucho el contacto. Mi hija, que entonces tenía 10 años, me acompañaba y su presencia tranquilizaba al pequeño. El contacto real no es un problema pero, por supuesto, no se pueden expresar ningunas emociones.
Yo tampoco podía explicarle qué iba a pasar, ni porque no deseaba que hiciera algunas cosas peligrosas – esto, de verdad, era una gran dificultad para mí.
Seguramente, el pequeño chico sentía diferentes temores. Por ejemplo, no conocía el viento; se sorprendía mucho por la lluvia y durante 15 días se asustaba mucho de nuestro gato, y éste, por su parte, se escondía cada vez que veía al pequeño, asustado por sus gritos. Después se asustaba de los perros al lado de los que pasábamos en la calle. Creo que el motivo de estos miedos era el hecho de que el niño no podía prever las reacciones de estas nuevas “cosas” que encontraba y que formaban parte de un nuevo mundo, absolutamente desconocido para él. Pero en unos meses todo se arregló y psicológicamente el niño ya había tomado su lugar en el mundo que le rodeaba.
4. Gracias a la presencia del intérprete no teníamos ningunas dificultades. Durante los cinco días llevábamos libros para colorear, libros con dibujos para pegar y así facilitábamos el contacto. Pero la conducta del niño era extraña – corría por todos lados para ver a sus amiguitos y estaba contentísima de que podía presentarnos a ellos. A veces alrededor de nosotros había muchos niños, pero nuestra hija no estaba entre ellos. Ella eligió esta manera de realizar el contacto con nosotros – poco a poco.
Más problemas tuvimos el segundo día. Ella puso el abrigo y los zapatos que le habíamos traído, y quiso llegar con nosotros en seguida. Nos llamaba “mamá” y “papá” y adoraba a su hermano mayor. Cuando se dio cuenta que no podía llegar con nosotros, se enfadó mucho, se puso a llorar y no quiso vernos más. Pero cuando vio que venimos por la tarde, se puso muy contenta. Con la ayuda del intérprete conseguimos explicarle que la vamos a adoptar y llegaremos a llevarla con nosotros. Empezamos a decirle algunas palabras en francés y ella las repetía.
Una vez pronunciada la resolución judicial, regresamos a recogerla, ella nos esperaba y estaba muy feliz que iba a venir con nosotros. Tenía mucha prisa a subir al avión. Pero la directora de la Casa no nos había informado por completo sobre el tratamiento médico que se le practicaba por motivo del asma que padecía. Tenía que explicarnos cómo debíamos darle el medicamento porque en la receta no figuraba inscrita una de las partes de la bomba. La niña tuvo una crisis asmática que nos preocupó mucho porque no sabíamos qué hacer.
El personal de la Casa tenía que prestarnos más colaboración, incluso en sentido material, para prepararnos mejor para el viaje de la niña.
5. Por supuesto, la barrera lingüística se puede superar únicamente con la presencia del intérprete por lo que ésta es obligatoria y absolutamente necesaria.
6. Todo se desarrolló de la mejor manera posible; no hemos tenido ningunos problemas durante el contacto con el niño, ni por motivo de su conducta.
V. Cuáles son sus impresiones de la calidad de los servicios que presta la Fundación y su equipo?
1. La Fundación había organizado muy bien nuestra estancia. Disponíamos de intérprete para la realización de los primeros contactos con Ana, y de un pediatra para Matías. La logística estaba organizada completamente por la Fundación – el transporte en Bulgaria y los hoteles. Debo mencionar, además, que el expediente estaba completo, los documentos estaban correctamente elaborados y preparados – hecho muy importante para evitar cualquier pérdida de tiempo y para poder regresar lo más pronto posible a recoger al niño.
2. La Fundación juega un papel muy importante. El equipo del abogado – la sra.Péncheva, es muy activo y efectivo no sólo antes de la adopción, sino durante la estancia de las familias en el territorio de Bulgaria y hasta la finalización del proceso de adopción. Es un mediador insustituible y seguro, aún más en caso de dificultades administrativas.
3. Es un equipo que estaba ocupado, en primer lugar, de nuestro bienestar, comodidad y seguridad; que nos ayudó mucho en la realización de nuestro encuentro con el niño, evitando el estrés, porque la adopción de niño en el extranjero, de todos modos, siempre es estresante.
Gran agradecimiento por mi parte a Mirena!
4. Estábamos bien acompañados y ayudados. El equipo de verdad es excelente. El abogado, la sra.Péncheva, los intérpretes y traductores, los asistentes y colaboradores, todos ellos son gente con grandes cualidades personales y profesionales. Nuestra traductora, además de realizar la interpretación durante los encuentros con el niño y fuera de sus obligaciones puramente lingüísticas, demostró buen conocimiento de la psicología infantil. Esta experiencia suya nos ayudó mucho no sólo en la realización del contacto con nuestra hija, sino también era un apoyo considerable para nuestro hijo mayor, que nos acompañaba, para poder sentirse partícipe en este proceso y una parte necesaria de él.
No tuvimos ningunos problemas respecto al proceso mismo de la adopción porque todos los documentos estaban bien preparados y el expediente estaba completo.
Representantes del equipo de la Fundación estaba presente en nuestros encuentros, pero delicadamente, distanciado para dejarnos a solas con el niño.
5. Es un equipo excelente e incomparable de profesionales.
6. Todo se ha realizado de una manera muy correcta y clara, y en alto nivel profesional – los informes sobre los plazos y las obligaciones concretas, los consejos útiles, las múltiples evocaciones, la organización ideal, el personal bilingüe, los conocimiento sobre los detalles del procedimiento judicial entero, respetando las disposiciones existentes..., además de todo esto, los empleados de la Fundación o los que ésta había elegido como sus colaboradores, demostraban gran humanidad, simpatía y amabilidad – hechos que no se deben menospreciar en procesos como este, porque ayuda sentirse bien y da posibilidad de dedicarse por completo a la creación de las relaciones con el niño.
VI. Qué experiencia tienen (si la tienen) en eso de visitar Bulgaria con el niño que ya vive en su familia?
1. Creemos que lo debemos hacer si un día Ana y Matías expresen su deseo para esto. Por ahora no hablamos de eso, aunque Ana a veces nos hace preguntas. Pensamos que en la edad entre 13 y 15 años este deseo será más fuerte y entonces pensaremos en este tema y en el problema hasta dónde podríamos llegar. Podríamos llevar a Ana a ver dónde había vivido estando todavía bebé. O, tal vez, organizarle un encuentro con la gente que había preparado su expediente; o conseguir fotos de sus padres biológicos; o tratar de organizarle encuentro con ellos.
2. Hasta este momento no hemos viajado a Bulgaria porque nuestro hijo no ha tenido tal deseo, pero es una posibilidad para la que estamos preparados y a que no vamos a oponernos.
3. El niño podrá viajar a Bulgaria en el momento en que lo desee. Yo ya se lo propuse pero él todavía se encuentra en la etapa en que organiza su espacio en nuestra familia y se dedica al descubrimiento del nuevo y enorme mundo en su alrededor. Le he explicado que después de la visita en Bulgaria él regresará con nosotros en Francia. Durante las primeras semanas que ha pasado en Francia frecuentemente sentía miedo que vamos a devolverle en la Casa y cada vez cuando viajábamos en coche expresaba este miedo. Pero ahora ya está tranquilo. El miedo estaba relacionado, además, con el hecho de que no conocía su propia historia y pasado y tenía que explicarle que no soy yo la mujer que lo había llevado en su barriga, porque en el inicio él pensaba que soy yo quien lo había dejado en la Casa después de su nacimiento y temía que podría hacer esto otra vez. Yo he empezado la conversación sobre un viaje a Bulgaria, pero creo que él debe primero “ordenar” su propio pasado e historia personal para que pueda surgir el deseo de regresar allí.
4. Mi hijo tenía 12 años cuando regresó en Bulgaria para conocer a su hermana adoptada. Esto le dio la posibilidad de comprender mejor lo que hemos hecho nosotros mismos para él. Quiso ver la Casa donde lo habían cuidado. La directora nos acogió muy bien y pudimos encontrarnos con dos de las mujeres que le han cuidado. Ellas estaban muy felices de nuestra visita. Nuestro hijo se dio cuenta que estas personas lo habían amado, lo que resultó muy importante para él. Después visitamos la ciudad donde había nacido. Esto le permitió crear una imagen visual sobre el inicio de su vida. Nos hizo muchas preguntas y lamentaba de no haber recibido más información sobre su familia biológica. Él desea regresar otra vez en Bulgaria y ponerse en contacto con su madre biológica. Hicimos un viaje por toda Bulgaria y éste le influyó de una manera muy positiva.
5. Quisiéramos venir otra vez en Bulgaria pero todavía es muy temprano.
6. Nosotros ya hemos adoptado a una niña de Bulgaria. Vinimos allí juntos con nuestra primera hija para adoptar a la segunda. Esto nos pareció lógico y era de gran importancia y para nosotros y para nuestras niñas. Este viaje permitió a nuestra hija mayor a recibir respuestas a algunas preguntas suyas y de llenarse de alegría y esperanzas. Y la pequeña se tranquilizó comprendiendo que tendrá una hermana mayor. Durante la visita ambas crearon las bases de sus relaciones.
VII. Cuál es su comentario respecto al estudio del nuevo idioma por parte del niño después de la adopción? Cuál es el tiempo medio en que empieza a hablar de tal manera que pueda comprenderse lo que dice? Creen que este proceso es muy difícil para el niño?
1. Cuando llegó a Francia Ana tenía 23 meses. No tuvo ningunas dificultades y empezó a hablar el francés casi en seguida. Hicimos algunos encuentros con logópedo cuanto tenía 4-5 años.
2. Matías llegó cuando tenía dos años y pocos meses y con él era más difícil. Visitamos al logópedo hasta el momento actual. Parece que hablaba un poco de búlgaro y que el cambio le había desestabilizado respecto al habla. Pero, poco a poco, supera el retraso.
3. La barrera lingüística en realidad es la dificultad mínima en el contacto. Los niños están dotados de habilidades para hacerles comprender y fácilmente se adaptan al uso de un idioma diferente. En el mismo inicio la Fundación nos puso a la disposición una lista de palabras y frases básicas que nos fueron de gran utilidad. En tres meses Romen adquirió los conocimientos básicos del nuevo idioma.
4. En Francia llegamos el 26 de abril de 2009. Las primeras palabras el niñó pronunció en el mes siguiente. Hasta el agosto de 2009 utilizaba sólo el tiempo pasado, comprendíamos lo básico que quería decir pero confundía lo que quería expresar y el tiempo necesario para este fin. La gramática la aprendía poco a poco y del mismo modo aumentaba el número de las palabras que utilizaba. Él ya hace menos errores y básicamente están relacionados con el uso del artículo, las conjugaciones, los pronombres posesivos. No tiene ningún acento.
En el inicio, cuando me preguntaba algo, yo le respondía directamente, como se hace con los bebés, sin repetir parte de la pregunta y sin corregirle, para desarrollar el entendimiento intuitivo. Ahora en casa hablamos un francés un poco más simple, utilizando algunas palabras búlgaras y dibujando los objetos.
Desde el febrero de 2010 empezamos a construir oraciones correctas. Este estudio del idioma no es fácil para el niño. En junio de 2009 empezó a visitar la guardería y estaba muy desilusionado que su maestra y sus nuevos amiguitos no hablan búlgaro.
Creo que, respecto al habla, dentro de 6-7 meses nadie podrá diferenciarle de los niños que han nacido y crecido en Francia.
5. Mi hija que tiene 6 años y medio, rápidamente empezó a hablar francés. En el inicio yo buscaba las palabras en el diccionario y en la guía de conversación para explicarle algunas cosas y las repetíamos en francés y en búlgaro. En casa, durante los contactos cotidianos podíamos comprendernos mutuamente. Cuando los adultos hablábamos entre nosotros más tiempo y más rápido, ella no nos comprendía y a veces se sentía abandonada, se ponía a llorar y se enfadaba porque no podía participar en la conversación. Mientras jugaba, utilizaba muchas palabras búlgaras, mezcladas con francesas que había oído antes. Por ejemplo, decía a las muñecas: “Papa ir trabajar”.
Los primeros días en la escuela también eran difíciles porque, evidentemente, ella esperaba que allí los niños le iban a hablar en búlgaro.
Dentro de cuatro meses hablaba cambiando los puestos de las palabras en la frase, confundía “uno” y “una”, pero nos comprendíamos perfectamente – hecho que sorprendía todos en nuestro alrededor. Después negaba a hablar en búlgaro diciendo: “Mamá es francesa, yo hablo francés”. Para un año olvidó casi por completo el búlgaro aunque hacíamos esfuerzos para mantenerlo con la ayuda de un estudiante. En 18 meses aumentó su diccionario, sólo hace algunos errores gramaticales y ahora nadie puede suponer que el francés no es su idioma materno. En general, ella comprende todo, pero cuando trata de hablar, necesita hacer más explicaciones porque no dispone de todas las bases lingüísticas para un niño de su edad.
6. Alrededor de un mes el niño tenía dificultades porque no conseguía expresar sus pensamientos de modo comprensible, pero al final del año ya nadie pensaba que, al llegar en el país, ha hablado otro idioma. Muchas veces el logópedo es necesario porque los fonemas en el búlgaro son diferentes de los en el francés.
7. Dentro de una semana desde el inicio de nuestra vida familiar conjunta, nuestra hija ya sabía muy bien qué tenía que hacer para que podamos comprenderla y se fijaba muy bien en nuestras actividades y gestos. En dos meses ya comprendía todo, pudo integrarse en el ambiente escolar y se expresaba de un modo excelente. En el sexto mes ya podía formular bien una pregunta o responder a la pregunta de alguien.